El CrossFit nació en 1974 en la costa de California (EEUU) a manos de un hombre llamado Greg Glassman. No dejaba de ser un entrenamiento de tipo HIIT (High Intensity Interval Training) o HIPT (High Intensity Power Training) pero fue este hombre el que le puso nombre y lo dio a conocer a lo largo del mundo.
Greg era gimnasta y mientras trabajaba con diferentes atletas en gimnasios del sur de California y descubrió que los entrenamientos de culturismo tradicionales no eran eficientes y que no servían para mejorar la condición física de una persona en relación con la cantidad de tiempo que había que dedicarles. De este modo, decidió crear un tipo de entrenamiento centrado en los movimientos funcionales y su realización a alta intensidad.
En un primer momento Greg utilizó esta actividad para entrenar policías consiguiendo en 1995 su primer gimnasio de CrossFit en Santa Cruz el cual se convertiría en el centro del movimiento CrossFitter.
El norteamericano empezó a utilizar este tipo de entrenamiento para preparar bomberos, marines y militares americanos y en 5 años, pasó de tener unos 20 inscritos a la friolera de 1700. De esta forma, el deporte se expandió a todo tipo de personas.
Más tarde, Reebook puso sus ojos en esta disciplina que acabaría ampliando sus boxes por todo el mundo donde actualmente se pueden encontrar más de 3000 centros especializados de la marca bajo su patrocinio con más de 4 millones de Crossfitters entrenando a diario.
Lo que comenzó siendo un entrenamiento para preparar profesionales que necesitan una gran formación física ha conseguido extenderse a todos los barrios y pueblos y a todo tipo de personas. Muchos pensaron que era solo una moda pero el CrossFit está aquí para quedarse.
¿Pero cuál es el secreto del éxito del CrossFit? El secreto de esta actividad que nos apasiona, es que funciona.